viernes, 13 de marzo de 2009

SE CONCRETA EVALUACION EN LA SINFONICA NACIONAL


Uno de los mayores problemas al interior de la OSNE había sido la instauración de un sistema de evaluación musical, pues se manejaban distintos criterios sobre la calidad técnica de la orquesta.

Las razones de duda sobre la técnica de los músicos tienen base real en ciertas falencias del sistema cultural ecuatoriano, la primera de las cuales recae en la calidad de los sistemas de enseñanza musical en el país. El liderazgo estatal de este tema durante los últimos veinte años ha recaído sobre Luciano Carrera, rector del Conservatorio Nacional de Música desde 1989 hasta cuando fue removido por cobros excesivos en 1992. Posteriormente durante el interinazgo de Fabián Alarcón lo nombran Director Ejecutivo hasta 2007 cuando debe abandonarlo debido al Decreto del Presidente Correa que impide el ejercicio de rectorados por más de cinco años.

Mientras algunos músicos y empleados administrativos del Conservatorio buscaban dónde se puede aplicar un nuevo costo a los estudiantes, la didáctica y la práctica musical sufren de abandonos. El hecho de no tener claramente establecida una currícula posible y exigente es causa de la continua frustración de talentos y del posterior deterioro de reproducción económica de la actividad. Es decir un buen músico debe encontrar altos retos y guía para superarlos y así poder establecerse en la práctica profesional con más probabilidades de éxito.

Existen 10 Conservatorios alrededor de la Asociación Nacional de Conservatorios ANCOME, cantidad que suena a mucho en un país como Ecuador. Se debe evaluar si todos los Conservatorios se han creado con sentido estratégico de ordenamiento territorial, estándares profesionales, curriculares o definición de competencias en cuanto el servicio a otras artes diferentes a la música, como se da en ciertos casos. De todas maneras, estos Conservatorios debían ofertar la fase de especialización profesional para artistas profesionales lo que implica recibir estudiantes con visión de profesionalización. En ningún caso el Conservatorio debe dedicarse a cubrir la falta de oportunidades didácticas musicales que existe en la franja colegial.
CLASES DE MÚSICA
El estudiante secundario que quiera cubrir sus necesidades básicas de expresión musical, debe tener la oportunidad de ejercitar su derecho en su propio establecimiento educativo. Sobre el dato empírico de que el 90% de colegios del país no tiene educación artística o cultural, es fácil prever debilidad artística en el medio. El empeño que pongamos en el descenso de este indicador redundará en la inclusión de un importante número de ciudadanos(as) como profesionales de la didáctica artística y cultural. De esta manera se estaría dando cumplimiento al Art. 380, num. 4 de la Constitución y al Plan Decenal de Educación, preparado por el ministerio del ramo, donde se dicen maravillas de la inclusión de la cultura en el nivel secundario.

¿QUIÉN NO HA QUERIDO SER MÚSICO?
Es casi un rasgo distintivo que en alguna etapa de nuestra vida hemos querido ser músicos (se incluyen cantantes), formar nuestra banda, ponerle música a unos poemas, etc. Esta práctica de la música que según reconocidas personalidades es connatural al ser humano, debe facilitarse en el colegio y prepararse desde la escuela donde se enseñen las bases y se capten los talentos en capacidad de especializarse, incluyendo la aplicación de becas.
En la secundaria, el estudiante debe ser ampliamente partícipe de las actividades culturales en su comunidad e incluso ser capaz de expresarse artísticamente. La obligación de facilitarlo recae en los centros educativos, el Ministerio de Educación y el Ministerio de Cultura.
Después de la escuela y como segunda fase de especialización, existe o sobrevive en el país un nivel medio de especialización artística, a cargo de “institutos nacionales” de diferentes ramas. Es claro que estos institutos deben ser capaces de llenar las expectativas de especialización técnica media, así como resolver el problema de los estudios académicos generales para los artistas en formación.
Nuevamente en la escuela, es necesario que maestras y maestros bien capacitados, aporten con la lúdica artística para el desarrollo integral de los niños. El alto porcentaje de escuelas sin atender actualmente debería llamar a la consideración emergente de este componente. La condición deseable es que las personas que se encarguen de la práctica artística y cultural en la escuela, sean pedagogos de nivel técnico y mucho mejor si son de tercer nivel. Pero hay que crear esos cursos teórico-prácticos y ofrecerlos a la ciudadanía. Esta estrategia permitiría algún desahogo al problema laboral de los trabajadores de la cultura. Es importante señalar también que las expresiones artísticas de origen ecuatoriano deben mantener un importante espacio en los estudios y prácticas artísticas.

En fin, luego de esta perorata educativa, volvamos al Conservatorio Nacional que en este momento debe responder a la necesidad de crear posibilidades educativas para talentos infantiles y juveniles extraordinarios y para la especialización profesional de adultos, tal como lo dispone el Art. 352 de la Constitución vigente.
EL SISTEMA
Como el sistema descrito, donde se tienen pedagogos en escuelas y colegios y un sistema de profesionalización de nivel superior, todavía no ha sido instaurado, la calidad técnica de los artistas profesionales se resiente, pues valga citar como dato relevante que se estiman dieciséis años de formación para un músico profesional. Al haber vivido sin esta posibilidad, la segunda evaluación anual consecutiva, realizada a los músicos de la OSNE, arroja datos preocupantes:
Universo de la muestra: 34 evaluaciones.
Excelente: 3
Aprobados: 6
Rechazados: 10
Personal a capacitación: 15
Parámetros de evaluación: conocimiento de técnica, rítmica, cadencia, vibrato, entonación, volumen, control, estilo, ajuste metronómico, seguridad, preparación de la obra, ensamble, posiciones físicas, afinación, fraseo, spiccato, pitch y articulación.

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